Outras Cores

terça-feira, 19 de junho de 2012

Subasta récord por un óleo de 'miró': 29 millones de euros

El artista catalán definió 'Peinture (Étoile Bleue)', de 1927, como un cuadro clave en su obra

 
'Peinture (Etoile Bleue)', de Joan Miró. / EFE

El óleo Peinture (Étoile Bleue), de 1927, del pintor español Joan Miró se ha vendido hoy en la casa de subastas Sotheby's por 23,56 millones de libras (29,2 millones de euros), un precio récord para una obra del catalán. La estrella azul formaba parte de una amplia subasta de arte impresionista y abstracto en la que los coleccionistas pujaron también por obras de Picasso, Kandinsky, Bonnard, Monet, Giacometti y Chirico.
El cuadro, que el propio Miró (1893-1983) describió como un punto de inflexión "clave" en su trayectoria, incorpora símbolos y elementos surrealistas que el pintor repetiría en obras posteriores. El característico color azul del óleo influyó no solo en sus trabajos posteriores, sino en las obras de otros pintores como el letón Mark Rothko (1903-1970) y el francés Yves Klein (1928-1962).
Este mismo cuadro de Miró ya había batido un anterior récord en 2007, cuando alcanzó en París los 11,6 millones de euros. "Es uno de los más importantes de Miró porque representa la transición entre el arte figurativo y el abstracto", ha afirmado Helena Newman, responsable del departamento de Arte Impresionista y Moderno de Sotheby's en Londres.
La casa de subastas afirma que el cuadro "representa la transición entre el arte figurativo y el abstracto
Esta subasta de una de las obras más representativas del catalán llega cuando aún puede verse en Washington la mayor retrospectiva de su trabajo en los últimos 50 años. La muestra La escalera de la evasión reúne 150 obras y se mostró en primer término en la Tate Modern de Londres, en 2011, para viajar después a la Fundación Joan Miró de Barcelona y a EE UU.
Además de Estrella azul, una obra de Picasso, Hombre sentado, alcanzó en la subasta londinense un precio de 6,2 millones.

quinta-feira, 14 de junho de 2012

Barceló a través de sus carteles

El Real Círculo Artístico revisa la trayectoria del artista a través de 55 carteles

Exposición "M Barceló" en la Galería Axe Art Actuel, en Toulouse, Francia, en diciembre de 1982.

Hace más de veinte años que Juanjo Ribas y Agustí Verdú, coleccionistas catalanes especializados en arte gráfico contemporáneo, recopilan los carteles de Miquel Barceló y ahora por primera vez han decidido exponerlos al público. La muestra Los carteles de Barceló, que se presenta en el Reial Cercle Artístic de Barcelona hasta el 8 de julio, reúne 55 piezas que recorren toda la trayectoria del artista, desde su primera exposición en la Casa de la Cultura de Manacor en 1975, hasta el póster que diseñó para la última corrida de toros de José Tomás en la Monumental de Barcelona, el 25 de septiembre de 2011.
"Porto Colom, perill de mort". Denuncia la degradación ambiental de Porto Colom, en Felanitx, Mallorca, 1989.
Según Josep Fèlix Bentz, presidente del Reial Cercle Artístic (RCA), la colección reunida por Ribas y Verdú “ha sorprendido incluso al propio Miquel Barceló por la globalidad y originalidad de su contenido, ya que varias de las piezas que conforman la muestra son, a día de hoy, piezas únicas, que ni siquiera conserva el propio artista”.
La colección, que se presentará próximamente en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, antes de recorrer otras ciudades, sigue abierta, es decir que los coleccionistas siguen no sólo haciéndose con todos los carteles nuevos, sino que van buscando y adquiriendo los pocos que les faltan para completar la línea cronológica.
"Última Corrida de Toros en la Monumental de Barcelona, con José Tomás", 25 de septiembre de 2011.
Los más valiosos, según los propios coleccionistas, son cuatro carteles de principio de la década de 1980 que no han sido realizados en offset, como es más habitual, sino con un proceso entre litográfico y serigráfico. “Aunque son carteles y no están firmados ni numerados, técnicamente se pueden considerar obra gráfica. Además, al haber sido una tirada muy reducida tan sólo quedan muy pocos ejemplares y esto encarece su valor”, explican Ribas y Verdú, indicando uno de los más queridos: el cartel que Barceló hizo por el grupo de rock mallorquín Forats negre en 1982.
Además de los pósters que anuncian sus propias exposiciones, entre las que destaca la muestra en la galería Leo Castelli de Nueva York en 1987, hay diversos carteles vinculados con las corridas, los festivales de cine y otros eventos culturales como la presencia de Cataluña en la Feria del Libro de Frankfurt en 2007.
Los dos coleccionistas, “amigos y socios de toda la vida”, poseen además de los carteles una importante colección de obra gráfica de Barceló y Jaume Plensa, que aún no han exhibido. Lo que sí presentaron fue la colección de Antoni Clavé, que inauguró la nueva etapa del Círculo Real, mucho más activa en lo que concierne a exposiciones y eventos de arte contemporáneo. “Esta muestra se propone devolver al Círculo el papel relevante que siempre tuvo en la práctica del cartelismo y marcar un punto de inflexión en la renovación de una institución histórica que, a partir de ahora, va a empezar a apostar muy fuerte por el arte actual”, concluyó Bentz, indicando que el RCA posee una importante colección de carteles, realizados por sus miembros a lo largo de los años.

quinta-feira, 3 de maio de 2012

‘El grito’ de euforia del mercado

Una de las copias del cuadro de Munch, vendida por un precio histórico de 91,2 millones

La subasta confirma que la burbuja del arte crece imparable pese a la crisis


'El grito' de Munch, vendido por 90 millones de euros en Nueva York. / ATLAS

Entre una silenciosa escultura de Giacometti y un inquietante cuadro de Magritte surgió este miércoles en Nueva York El grito: el icónico cuadro de Edvard Munch, lote número veinte de la tarde de subastas de arte impresionista y moderno en Sotheby's, provocó con su venta un sonido ensordecedor cuyo eco se seguirá escuchando hasta que en el mercado del arte se cometa un atrevimiento mayor: 119.9 millones de dólares (91,2 millones de euros).
Esa es la cifra record con la que fue adquirida la única de las cuatro versiones de El grito que pintó Munch que aún estaba en manos privadas, concretamente en las del millonario noruego Petter Olsen. La llegada al mercado de este pastel fechado en 1895 había provocado la exaltación de tiburones financieros, coleccionistas clásicos y cazadores pudientes de trofeos artísticos. Entre todos ellos se lidió esa batalla que esta vez no fue breve pero sí azorada: la obra salió a la venta por un precio de 40 millones de dólares y millón a millón fue subiendo a lo largo de 12 minutos hasta los 107 millones, cifra sobre la que cayó el martillo del subastador y a la que habría que sumar los casi 13 millones de la comisión.
El grito se convertía así en el cuadro más caro vendido en una subasta, superando la marca fijada en 2010 por el lienzo de Picasso Desnudo, hojas verdes y busto, vendido por 81 millones de euros. El récord de venta entre privados lo tiene el cuadro de Cézanne Los jugadores de cartas (1892-93), adquirido por la familia real de Qatar en 2011, que desembolsó 191 millones de euros.
Así que, mientras la economía mundial tiembla, el mundo de las subastas parece vivir ajeno a todo en una burbuja de permanente felicidad que apenas se despeinó cuando en 2008 comenzó oficialmente la crisis financiera. Ante el colapso de bancos y de países enteros, y con las bolsas mundiales sobresaltadas a cada rato, el arte se ha convertido en valor-refugio de los grandes capitales.
Sotheby's y Christie's (que el martes recaudó 88 millones de euros) multiplican sus ganancias —en 2011 crecieron un 14% con respecto a 2010— mientras que el Knight Frank Wealth Report 2012 afirma que los ciudadanos de renta alta mostraron un 25% más de interés que el pasado año en invertir en arte. Pero la expectación ante El grito tenía sus motivos. Existen pocas imágenes en la historia con el peso simbólico de este cuadro y pese a tener más de un siglo de antigüedad, y haber sido concebido en medio de la angustia existencial que envolvió la llegada del fin del siglo XIX, la imagen es tan moderna que resulta imposible que no pellizque el corazón al verla. La desesperación silenciosa de su protagonista, envuelta en una orgía de colores, parece reflejar a la perfección la zozobra, la ansiedad y la incertidumbre en la que vive sumergido gran parte de un planeta que durante décadas creyó estar a salvo de enemigos invisibles y al margen de crisis económicas.

Una acuarela, preparatorio de 'Los jugadores de cartas' de Paul Cézanne, vendida por 13 millones de euros. / ATLAS
Munch convirtió en imagen ese dolor de forma tan certera y universal que el cuadro se convirtió en un icono visual acaso solo comparable a la Mona Lisa de Leonardo da Vinci, según Philip Hook, responsable de arte moderno de Sotheby’s. “Es la máxima representación del miedo, la alienación y por extensión, simboliza cualquier reacción emocional negativa respecto a cualquier cosa”, escribe Hook en el ensayo que acompaña el catálogo de la subasta.
Su universalidad se ha multiplicado sobre todo en las últimas décadas, cuando la cultura mediática ha inundado nuestras vidas de imágenes que precisan de un reconocimiento inmediato. Warhol, maestro del oportunismo icónico, hizo su propia versión del cuadro, The scream (after Munch), que por cierto se subastó hace pocas semanas en Londres por 370.000 euros. El grito además ha dado el salto de las camisetas y las tazas típicas de tienda de museo a múltiples soportes: lo emulaba Macaulay Culkin en el cartel de la película Solo en casa; el malo de la película Scream, de Wes Craven, estaba inspirado en el personaje del cuadro y hasta los caramelos M&M utilizaron la imagen en unos anuncios publicitarios.
Y en la España y la Grecia de la crisis, la imagen de El grito ha viajado a menudo por las redes sociales para ilustrar el estado de ánimo popular ante la situación económica. Munch, de nacionalidad noruega (mostrar en crudo el dolor y la angustia del alma es casi una especialidad de los europeos del norte, de Ibsen a Bergman o Lars Von Trier…), realizó cuatro versiones de este cuadro, de las que tres están en manos de museos —todos los robos sufridos se han saldado con el regreso a casa de la obra—.
Otro de los atractivos de la subasta es que esta copia es la única que ha permanecido siempre en manos privadas y es quizás el más deseado: en su marco el artista escribió un poema en el que describe en palabras lo que después convirtió en imagen. Petter Olsen, de 64 años, hijo del armador noruego Thomas Olsen (amigo de Munch), es el hombre que tuvo la suerte de crecer mirando el cuadro colgado en el salón de su casa en Noruega y del que ha querido desprenderse para recaudar dinero con el que fundar un museo dedicado al artista. Él y su familia veraneaban en Hvitsten, en una casa junto a la de Munch, que Olsen acaba de comprar y en la que planea crear un centro justo a tiempo para las celebraciones el próximo año del 150º aniversario del nacimiento del pintor.
“Es un cuadro demasiado importante para tenerlo en casa. Debería poder verlo más gente”, declaraba Olsen en una entrevista reciente en Financial Times. Lo que no contaba es que la obra también le ha marcado personalmente. Y no precisamente de forma positiva: la heredó en 2001 tras una agria disputa legal con su hermano en la que se repartieron la herencia de su madre, que incluía otras 34 pinturas de Munch. Los dos hermanos no se han vuelto a hablar.

quarta-feira, 2 de maio de 2012

‘El grito’ promete saltar hoy la banca de las subastas

Nueva York celebra a través de sus casas de pujas una maratón de ventas que se espera supere los 100 millones de euros

 
'El grito' de Evard Munch. / JASON SZENES (EFE)

La única versión de El grito de Edvard Munch en manos privadas, un dibujo preparatorio para la serie de Paul Cézanne Los jugadores de cartas e importantes obras de Mark Rothko, Francis Bacon o Andy Warhol protagonizan desde anoche la temporada de subastas de primavera en Nueva York.
La acuarela preparatoria de la serie de Cézanne, y el bodegón de Henri Matisse Las peonías alcanzaron anoche en la subasta de Christie´s en Nueva York un precio de 17 millones de dólares cada uno (más de 13 millones de euros). La pintura de Cézanne se redescubrió este año, tras haber permanecido en manos de un coleccionista de Texas desde 1953, y que se creía perdida. El boceto, realizado en tonos azules y ocres, "se hallaba meticulosamente preservado y marca un punto de inflexión en la carrera de Cézanne, ya que muestra el proceso artístico que seguía para posicionar a sus personajes, que utilizaría luego en sus obras maestras", precisó Brooke Lampley, directora de la venta en un comunicado de prensa.
La pieza de Pablo Picasso (1881-1973), Mujer sentada, un retrato de su amante Dora Maar, pintado durante la segunda Guerra Mundial, cuando ambos vivían juntos en París, y que está valorado en hasta 30 millones de dólares (22,6 millones de euros), terminó vendiéndose anoche por 4,6 millones de dólares. El resto de las ventas de Christie´s eran piezas de Alberto Giacometti (1901-1966), Salvador Dalí (1904-1989), Joan Miró (1893-1983), o Henry Moore (1898-1986). También hay una importante representación de cuadros surrealistas, entre los que sobresale Primavera necrofílica, del catalán Dalí, tasado en hasta 12 millones de dólares (9 millones de euros).

El hito de Munch

La versión del famoso cuadro de Munch, por la que la casa Sotheby’s espera alcanzar un precio por encima de los 80 millones de dólares (unos 60 millones de euros) que constituiría un auténtico hito en el mundo del arte, se distingue de las otras tres en que es la que tiene los colores más vivos, con el cielo dominado por el rojo-sangre, el amarillo y, en menor medida el azul. Es el único cuadro en el que uno de los dos personajes secundarios, al fondo a la izquierda del cuadro, está encorvado sobre sí mismo, como contemplando la ciudad al fondo.
Una acuarela, preparatorio de 'Los jugadores de cartas' de Paul Cézanne, vendida por 13 millones de euros. / ATLAS
Pintada en 1895, es la tercera de la serie de cuatro y la única cuyo marco original fue pintado por el artista con un poema en el que describe las circunstancias que le llevaron a pintarlo: “Estaba yo caminando por la carretera con dos amigos / a la puesta del sol – El cielo se tornó rojo sangre / Y sentí un aroma de melancolía – Me quedé parado / muerto de cansancio – por encima del negro-azulado / de las leguas de sangre y fuego del Fiordo y la Ciudad – Me quedé atrás / temblando de Ansiedad – y sentí el gran grito de la Naturaleza”.
Al igual que su contemporáneo Vincent van Gogh, el deseo de Edvard Munch era pintar una nueva forma de realidad enraizada en la experiencia psicológica, más que visual. “Es esa proyección del estado mental de Munch lo que le hizo tan innovador como artista: un paisaje de la mente cuyo impacto todavía se siente en el arte de hoy”, subrayan los expertos de Sotehby’s. “El Grito de Munch es la imagen definitoria de la modernidad”, afirmaba Simon Shaw, responsable de la sección de Impresionismo y Arte Modero de Sotheby’s Nueva York, durante la presentación de la obra en Londres el pasado 12 de abril. A juicio de su colega londinense, Philip Hook, El Grito “es un icono del arte” y la obra más importante jamás subastada en Sotheby’s.

El primer boceto

Se cree que la versión de El Grito pintada en 1893 y que está ahora depositada en el Munch Museum de Oslo es un primer boceto, un dibujo sobre madera, de la segunda versión, datada también ese año y que se exhibe en la Galería Nacional de Noruega. Es esa versión ya más definitiva que la que fue robada en 1994 de ese mismo museo, aprovechando la distracción que significaba la inauguración en ese momento de los Juegos Olímpicos de Invierno en Lillehammer. La obra fue recuperada ese mismo año.
El segundo robo afectó a la cuarta versión de El Grito, pintada en 1910, que fue sustraída del Munch Museum a punta de pistola en 2006 junto a otra obra, Madonna. Ambas fueron luego recuperadas y volvieron a exhibirse en 2008.
¿No tiene miedo Sotheby’s de que alguien quiera ahora robar la tercera versión, aprovechando que se exhibe casi por primera vez en público? “No. Hemos tomado nuestras precauciones”, responde con buen humor Philip Hook. El Grito nunca se ha visto antes en Reino Unido y solo se exhibió durante un breve periodo en Estados Unidos en los años setenta.
Quizás los expertos serían incapaces de ponerse de acuerdo sobre cuál de las cuatro versiones de El Grito tiene más valor, pero para Hook, la respuesta es muy fácil: “Esta, seguramente. Porque es la única que está en el mercado”, se ríe. Esta tercera versión es, desde hace setenta años, propiedad de la familia Olsen, armadores noruegos.

La familia Olsen

Thomas Olsen (1897-1969) fue amigo personal, patricio y protector de Edvard Munch, además de vecino y coleccionista de sus obras desde finales de los años veinte del siglo pasado. Olsen jugó un papel decisivo en la salvación de 74 de sus obras, que estaban condenadas al fuego después de que Hitler incluyera al pintor noruego en el catálogo de artistas que consideraba degenerados.
Ahora, su hijo Petter cree que ha llegado el momento de que El Grito abandone a los Olsen. “He vivido con esta obra toda mi vida y su poder y su energía han ido aumentando con el tiempo”, sostiene en los folletos de Sotheby’s. “Ahora, sin embargo, creo que ha llegado el momento de ofrecer al resto del mundo una oportunidad para ser su dueño y apreciar esta extraordinaria obra”. Pero ese placer no es gratis: puede costar más de 80 millones de dólares.

La primavera de las subastas

El 8 de mayo, Christie's celebrará una subasta de arte contemporáneo y de posguerra, con reseñables exponentes del expresionismo abstracto como Willem de Kooning (1904-1997), Barnett Newman (1905-1970), Jackson Pollock (1912-1956) o Mark Rothko (1903-1970), que podrían sumar los 100 millones de dólares (75,6 millones de euros). La pieza estrella es un lienzo pintado por Rothko en 1961, Naranja, rojo, amarillo, con un precio estimado de 45 millones de dólares (34 millones de euros).
Al día siguiente, Sotheby's pondrá a la venta obras maestras contemporáneas como un Elvis doble de Andy Warhol (1928-1987), valorado en hasta 50 millones de dólares (37,7 millones de euros). Así como Figura escribiendo reflejada en el espejo, de Francis Bacon (1909-1992) y valorada en hasta 40 millones (30,2 millones de euros), el mismo precio que podría alcanzar Chica durmiendo, de Roy Lichtenstein (1923-1997).
Por otra parte, la casa Phillips de Pury & Company subastará el 11 de mayo obras contemporáneas de Kooning, Jean-Michel Basquiat (1960-198), Warhol o Lichtenstein que podrían alcanzar hasta 110 millones de dólares (83,1 millones de euros).

segunda-feira, 30 de abril de 2012


“Lo que no te da la vida te lo dan los libros, sobre todo si los escribes”

Carme Riera | Académica de la lengua

La nueva académica está un poco harta de que le pregunten por la cuota femenina

Tras ser propuesta, envió su currículo, libros y una carta formal a los académicos

"En ella, les decía que soy traficante de palabras, porque es lo que soy en realidad"

Carme Riera, escritora, filóloga y académica de la RAE / Carles Ribas

Pere Gimferrer la llamó a las siete de la mañana. "Te hemos propuesto para la Academia". Carme Riera (Palma de Mallorca, 1948) se quedó estupefacta, por la hora y por el anuncio. "Me habían comentado hacía años si me gustaría entrar en la Real Academia. 'Claro', contesté. No se volvió a hablar más y de repente me llama Pere".
Confiesa que pasó muchos nervios antes de la votación. Por una parte, ya estaba pensando en el tema del discurso y por otra se repetía si-llón, no-llón. Le hacía mucha ilusión y también temía lo peor. Por fin, el 19 de abril fue elegida para ocupar el sillón n. "Entrar en la Academia es el reconocimiento a toda una vida de trabajo y una satisfacción personal por haber sido propuesta por tres personas a las que admiro mucho, Carmen Iglesias, Pere Gimferrer y Álvaro Pombo. Imagino que pensaron en mí porque soy filóloga, porque hago edición de textos, por mi experiencia como profesora, en la narrativa y en el ensayo, o sea como muchos colegas. Lo único que no pienso aportar es un toque femenino".
En la carta a la Academia puse que soy una traficante de palabras
La nueva académica está un poco harta de que le pregunten por la cuota femenina. Tras ser propuesta, envió su currículo, libros y una carta formal a los académicos. "En ella, les decía que soy traficante de palabras, porque es lo que soy en realidad". Riera pensó en esos días de nervios en un posible discurso de ingreso. "Le di vueltas a la idea de escribir sobre alguna de las mujeres que tanto han aportado a la lengua, como María Moliner, Rosalía de Castro o Emilia Pardo Bazán, pero los académicos me dijeron que no, que preferían un discurso de creadora. Esto me hace muy feliz, porque me da mucha más libertad. Trabajaré a partir de ahí".
Carme Riera es doctora en Filología Hispánica y catedrática de Literatura Española en la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB). Está muy preocupada por el escaso interés de sus alumnos en la lectura. "Estuve en la comida del Premio Cervantes que presidió el Príncipe de Asturias. Citó un comentario de Nicanor Parra de la primera página de El Quijote: En un lugar de la Mancha es un octosílabo y de cuyo nombre no quiero acordarme es un endecasílabo. Se me ocurrió hablar de esa primera página en mi clase de comentario de textos. Pregunté si sabían el nombre del premio Cervantes. Silencio. Dije Nicanor. Silencio. Mencioné a Violeta Parra y ni parra ni olivos. Ni siquiera leen periódicos. Martín de Riquer les preguntaba a sus alumnos si habían leído El Quijote. Cuando le decían que no, respondía siempre: 'Estupendo. Así podrá disfrutarlo ahora'. Pero ni por esas". No tolera faltas de redacción ni de ortografía. "Los alumnos están advertidos en la web de la universidad y al principio del curso. Las faltas bajan puntos".
La escritora maneja de manera envidiable el catalán, la variante mallorquina (cuando la habla deprisa no puedes seguirla) y el castellano. En su vida y en su obra. Escribe en catalán o en mallorquín novelas y relatos y en español, ensayo. "Yo misma escribo las versiones en castellano de mis novelas. No traduzco, hago versiones diferentes que me sirven también para corregir los textos en catalán. Catalán y castellano son dos lenguas vecinas y primas hermanas, pero a veces una sola palabra del título cambia el sentido". De su primer libro, Te deix amor, la mar com a penyora, de relatos, le gustaba el título poético en mallorquín, pero no su traducción al castellano. "Penyora significa prenda, que no suena igual". Así que lo tituló Palabra de mujer. Las versiones y el cambio de título despista a más de uno. "Los hispanistas se vuelven locos conmigo".
Yo no traduzco mis libros al castellano. Hago versiones distintas
Ha hecho incursiones en todos los géneros. Infantil y juvenil, erótico, histórico, policiaco... Con cada uno se plantea un reto. El último, Naturaleza casi muerta, una novela negra. "Había leído a Agatha Christie, Simenon y Alicia Giménez Bartlett, pero nada más. Así que me pasé leyendo dos años para aprender: Donna Leon, Mankell, Camilleri, Fred Vargas, Andreu Martín, Lorenzo Silva, Teresa Solana... Me aficioné y descubrí los trucos".
Riera es infatigable. Ha empezado a escribir unos Diaris d'infància. "Solo puedo escribirlos en mallorquín. Se los debo a mi abuela que tanto me enseñó. Se publicarán en mallorquín o no se publicarán". Para la académica "escribir es una alternativa a la realidad". "Lo que no te da la vida te los dan los libros, sobre todo si los escribes. Vives y piensas en dos vidas, la tuya y la del libro".

Esta fotografía se ha hecho con un cubo de basura

Once empleados de la recogida de basuras de Hamburgo ponen en marcha un proyecto para realizar fotografías con contenedores


Foto realizada por Bernd Leguttky, Christoph Blaschke y Mirko Derpmann

Ahora que tan de moda quieren poner algunos a los emprendedores, la ocasión se antoja como la más propicia para contar historias de ciudadanos con iniciativas sensibles, solidarias y creativas. Este es el caso de dos profesionales que viven en Berlín y que un buen día tuvieron la idea de ofrecerles a los encargados de retirar las basuras de las calles una actividad paralela a su trabajo que muchos de estos empleados públicos consideran penoso, tedioso y rutinario.
Se llaman Mirko Derpmann, director creativo de la agencia Scholz & Friends, de 40 años y Christoph Blaschke, de 39, arquitecto. Mirko y Christoph pensaron que sería una gran ocurrencia transformar los feos y fríos contenedores de basura en cámaras fotográficas. Concretamente en cámaras estenopeicas -como las cámaras oscuras que a muchos críos les encargaban en las clases de manualidades-. Se pusieron manos a la obra y una vez que lograron perfeccionar una buena máquina propusieron al departamento de limpieza del Ayuntamiento de Hamburgo que se involucrara en el asunto. "Dijeron que sí, así que finalmente encontramos once empleados (uno de ellos una mujer) interesados en fotografiar los lugares favoritos de su ciudad con el contenedor de la basura", explica Derpmann desde su despacho en la capital alemana. Así nacía el Trashcam Project, el proyecto cámarabasura.



El empleado de recogida de basuras de Hamburgo, Hans-Dieter Braatz realiza una fotografía con el contenedor 'tuneado' en cámara de fotos. / MIRKO DREPMANN
"Empezamos a principios de marzo a probar si la cosa funcionaba. Hicimos un agujero en la parte delantera del contenedor en la que pegamos una pieza que previamente habíamos perforado con un láser para obtener una abertura de 0,8 milímetros de diámetro. Construimos una especia de marco en el que fijar el papel fotográfico dentro del contenedor y tomamos la primera fotografía", continúa Derpmann. El resultado es esta fotografía, el comienzo de un proyecto que sus protagonistas todavía no saben muy bien hasta dónde puede llegar.


La primera fotografía del proyecto Trashcam tomada en Berlín.
Por supuesto hubo algún que otro problema estructural. El fundamental consistía en encontrar la manera de introducir el papel fotográfico en semejante mamotreto de cámara de 1.100 litros de volumen sin que se velara por el efecto de la luz. A grandes problemas, grandes soluciones. "Encontramos la fórmula. Era un engorro tener que trasladar el contenedor desde un cuartel general hasta el lugar elegido para hacer la toma, así que decidimos hacernos con un cuarto oscuro portátil. Utilizamos una furgoneta estanca con luz roja para meter el papel", explica el publicista.
El siguiente paso consistía en encontrar un laboratorio en el que se pudieran revelar las fotografías tomadas por los empleados de la limpieza. También lo construyeron ellos con la ayuda del fotógrafo residente en Hamburgo Mattias Hewing, que colabora en el proceso de positivado de las copias.
"El tiempo de exposición lo calculamos con un fotómetro normal. Utilizamos papel preparado para 8 asa y normalmente tomar una fotografía requiere entre 5 y 45 minutos", asegura Derpmann que confiesa tener la intención de organizar una exposición con las instantáneas, aunque todavía están buscando el momento y el lugar adecuado.

‘O grito’ inflama o mundo dos leilões de arte

Uma das cinco versões da obra de Edvard Munch é posta à venda

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“O Grito”, de Edvard Munch, irá a leilão na Sotheby’s de Nova York na próxima quarta-feira, 2 de maio
Foto: Divulgação/Sotheby’s
“O Grito”, de Edvard Munch, irá a leilão na Sotheby’s de Nova York na próxima quarta-feira, 2 de maio Divulgação/Sotheby’s
RIO - Numa tarde qualquer de 1893, o jovem Edvard Munch (1863-1944) caminhava com dois amigos numa espécie de calçadão de Ekeberg, na Zona Leste de Oslo, e se esforçava para digerir seu drama existencial. Aos 30 anos de idade, o norueguês de nariz pontudo já tinha enterrado a mãe e uma de suas três irmãs, havia rompido relações com o pai, que não o apoiava como artista, e acabara de deixar o hospício em que outra irmã, Laura Catherine, uma maníaco-depressiva para lá de atormentada, vivia internada.
O sol se pôs de repente, e o céu se tingiu de um vermelho-sangue perturbador. Ainda ouvindo os gritos dos internos do hospício, Munch teve a epifania que o catapultaria à fama para sempre: "Sentindo-me exausto, parei e me debrucei sobre uma grade. Havia línguas de fogo sobre o azul-escuro da cidade e do fiorde", escreveu em seu diário, anos mais tarde. "Meus amigos continuaram andando, mas eu fiquei ali, tremendo, tomado pela ansiedade, e senti o grito infinito da natureza."
Com isso na cabeça, entre 1893 e 1910, o pintor trabalhou numa série de imagens denominada "O grito". Fez duas telas, dois pastéis e uma litografia que traduziram para duas dimensões o horror de um berro enrustido. E o sucesso foi tanto que, 119 anos mais tarde, ainda provoca frenesi no mundo das artes.
Na próxima quarta-feira, a Sotheby’s de Nova York promove uma noite de gala para leiloar um dos gritos de Munch. O pastel de 79 centímetros de altura por 59 centímetros de largura datado de 1895 é a única versão que ainda compunha uma coleção particular — a do empresário noruguês Petter Olsen. As outras estão na National Gallery de Oslo e no Munch Museum.
O pastel em questão se destaca por ser o grito mais colorido de todos, o único em que uma das duas figuras ao fundo se debruça sobre a grade do tal calçadão e o único que tem um pequeno poema escrito à mão pelo próprio Munch em sua moldura — um texto que fala exatamente da tarde em que ele "ouviu" o grito da natureza.
A agitação em torno da obra é grande, e seu lance inicial deve rondar os US$ 80 milhões, informa a Sotheby’s.
Certo de que essa cifra será ultrapassada, e em muito, o jornal "The Financial Times" cravou, há alguns dias, que "O grito" é a segunda obra de arte mais famosa do mundo, atrás apenas da "Mona Lisa", de Leonardo Da Vinci, e lembrou que ela já serviu de base para trabalhos de artistas como Andy Warhol e Erró, de diretores de cinema como Wes Craven (em "Pânico") e até de cenário para "Os Simpsons".
A revista "Forbes" aposta, por sua vez, que o pastel estabelecerá um novo recorde de preço em leilões e joga todas as suas fichas no poder de compra da família real do Qatar, que recentemente adquiriu "Os jogadores de cartas", de Paul Cézanne, por US$ 250 milhões.
A "Artinfo", publicação especializada no setor, também não economiza. Diz que o dia 2 de maio será "um dos momentos mais importantes da década para o mundo dos leilões de arte", enquanto o britânico "The Telegraph" noticia que, em quatro dias de exposição na Sotheby’s de Londres, "O grito" pertencente a Olsen gerou uma fila de mais de cinco mil pessoas.
— Essa foi uma das obras de Munch que os nazistas leiloaram na Suíça antes da Segunda Guerra. Tem uma história incrível — conta Petra Petersen, curadora do Munch Museum, revelando sua ansiedade. — Ela não se alinhava com o que os nazistas acreditavam ser arte, e só não foi queimada porque eles não quiseram.
Até o início do mês — e por 70 anos —, "O grito" ficou pendurado em uma das paredes da sala de jantar dos Olsen, em Oslo. "Convivi com esse trabalho por toda a minha vida, e seu poder e sua energia só cresceram com o tempo", diz, em nota, Petter Olsen. "Agora, sinto que é hora de oferecer ao resto do mundo uma chance de ter e de apreciar essa memorável obra."
Thomas Olsen, pai de Petter, foi amigo de Munch e comprou muitos de seus trabalhos. Com o que for arrecadado no leilão, a família pretende criar um novo centro cultural em Nedre Ramme, cidade ao sul de Oslo onde Munch viveu os últimos 30 anos de sua vida. O centro deverá ter uma galeria de arte e expor outras obras da coleção dos Olsen. A família também pretende restaurar a casa e o estúdio do pintor, antes de abri-los ao público.
Até quarta-feira, "O grito" em pastel poderá ser visto na galeria da Sotheby’s em Nova York, sob um robusto esquema de segurança. Afinal, suas telas-irmãs já foram alvo da cobiça de ladrões duas vezes nos últimos anos. Em 1994, a versão da National Gallery de Oslo desapareceu durante a abertura dos Jogos Olímpicos de Inverno, e as polícias norueguesa e britânica demoraram três meses para recuperá-la. Em agosto de 2004, foi a vez de o Munch Museum ficar sem seu "O grito". O caso foi resolvido dois anos mais tarde, graças a um fotógrafo anônimo que registrou dois indivíduos fugindo num carro com a pintura.

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quinta-feira, 26 de abril de 2012

Cómo hacer expresionismo abstracto con una Polaroid

El fotógrafo Bill Miller transforma Polaroids defectuosas en auténticos cuadros expresionsistas

Nació en Nueva York hace 42 años, de la cosecha del 69, del año en que el hombre pisó la Luna y, tal vez por eso, posee alma de descubridor. "Me encanta pensar que muchas de las obras de esta serie están en la intersección entre la fotografía y la pintura. Me recuerdan mucho a los expresionistas abstractos, veo un poco de Clifford Still y de Barnett Newman en ellas. Me impresiona mucho que esa vieja tecnología sea tan elástica". Bill Miller se define a sí mismo como un "fotoperiodista veterano", estudió fotografía en el Bard College con Larry Fink y Stephen Shore y ha publicado en medios como Harpers Bazaar, Paris Match o el Daily News aunque también ha colaborado con el Metropolitan Museum of Art de Nueva York. El año pasado recibió el Celeste Prize que premia a artistas contemporáneos de esos que se pueden considerar dentro del 90%, es decir, que destacan por la originalidad de una idea y la creatividad del hombre corriente.



El fotógrafo Bill Miller con su cámara Polaroid.

Tras su serie Ruined Polaroids (Polaroids destrozadas), se esconde una historia de sensibilidad, casualidades y, sobre todo de saber mirar.  "Estas fotos están tomadas con una cámara Polaroid SX-70 que mucha gente consideraría que es un trasto. La compré por 20 dólares en un mercadillo callejero hace dos años. La primera vez que la utilicé, me di cuenta de que, por supuesto, ese aparato no podía funcionar en condiciones. A veces, soltaba dos copias a la vez cuando no se quedaba atascada la película en su interior estropeándose. Nada para tirar cohetes, desde luego. Cualquiera que haya trabajado con esta cámara habrá tenido las mismas experiencias que yo", afirma el fotógrafo en un descanso de su trabajo en el turno de noche en el diario New York Post. "Imagino que un 5% de las Polaroids fallan por una razón u otra. A veces es algo mecánico y otras debido a que los productos químicos están caducados. Pero cuando las usas sueles convertirte en alguien prosaico que tiende, simplemente, a tirar a la basura las copias fallidas como un gesto mecánico. Sin embargo, hay algo especial y atractivo en las cámaras antiguas y sus procesos de revelado. Así que, empecé a guardar las copias fallidas como un tesoro. Además, mi SX-70 comenzó a destrozar casi todas las copias todo el tiempo y fue entonces cuando me empeñé en participar en el proceso. He llegado a saber y controlar cómo acentuar aspectos y efectos de las imágenes y colores que aparecen en las fotografías. Ya no es solo cosa de la sorpresa. Ahora sé los trucos y el alma que se esconde detrás de la película y la cámara".
Miller ha expuesto su serie de Polaroids en varias galerías de Estados Unidos en Santa Barbara, Seattle y Miami, por ejemplo y las distribuye a través de la galería de Babel de Sao Paulo (Brasil). La mayoría de ellas fueron realizadas durante el año 2011. "Es una forma de escapar con creatividad del trabajo diario", afirma.
"Mi cámara Polaroid se estropeó por casualidad de una manera muy productiva y es exactamente el defecto lo que la ha llevado a otra dimensión que la ha despojado de su propósito inicial. Estas obras pueden ser fotografías, pero, ¿también pueden ser pinturas?, se pregunta Miller.

quinta-feira, 5 de abril de 2012

NUEVO TESTAMENTO DE LITERATURA: JUDAS


La deuda con Judas

Por:Winston Manrique Sabogal05/04/2012

JudasxCaravaggio
El beso de Judas, de Caravaggio.

Nunca un beso significó tanto para la humanidad. El de un ángel caído cuya traición fragua la gloria de otro. Eso es Judas Iscariote, para mal y para bien del cristianismo. Porque su traición a Jesús por 30 monedas de plata, un jueves como hoy, lo convirtió desde ese mismo instante en uno de los seres más vilipendiados y maldecidos. Y en uno de los personajes más interesantes, enigmáticos y novelescos de la Biblia, ese libro de lecturas fascinantes esparcidas con grandes voces narradoras al servicio de hechizantes historias literarias. Por eso Judas Iscariote es el apóstol que he elegido para la segunda parte de la serie Nuevo testamento de literatura, dedicado ayer a la Virgen María. Porque Judas es un personaje y una pieza esencial sin la cual no existiría la religión Católica, y cuya misteriosa vida ha sido explorada y recreada por algunos escritores a lo largo de dos milenios, cuyos libros invito a ustedes a compartir y comentar en este blog, tras el relato sobre el cual hablaré a continuación:

Como muestra metaliteraria elijo el cuento de Jorge Luis Borges, Tres versiones de Judas, que en mi edición de bolsillo de Alianza tiene justamente las páginas de un número cabalístico: 9. Gracias y detalles al margen, la lectura del relato de Borges es una lección de literatura a través de una lección que busca descifrar "un misterio central de la teología". Un ejemplo de las historias borgeanas cuyos universos nacen allí y se expanden para luego cerrarse sobre sí mismos. Su primera lectura la tuve a los veintipocos años y fue como un atardecer de tormenta con relámpagos y centellas que auguran la cercanía de la caída del gran rayo.

Judas1Hacia el principio, Borges cita a De Quincey que especuló sobre que Judas entregó a Jesucristo "para forzarlo a declarar su divinidad y a encender una vasta rebelión contra el yugo de Roma". Luego el autor argenino deja caer otra centella: "La traición de Judas no fue casual; fue un hecho prefijado que tiene su lugar misterioso en la economía de la redención". Palabras seguidas un relámpago: "El verbo, cuando fue hecho carne, pasó de la ubicuidad al espacio, de la eternidad a la historia, de la dicha sin límites a la mutacón y a la muerte; para corresponder a tal sacrificio, era necesario que un hombre, en representación de todos los hombres, hiciera un sacrificio condigno. Judas Iscariote fue ese hombre. Judas, único entre los apóstole, intuyó la secreta divinidad y el terrible propósito. El Verbo se había rebajado a mortal; Judas, discípulo del Verbo, podía rebajarse a delator y a ser huésped del fuego que no se apaga".

Las teorías y explicaciones que buscan descifrar el misterio continúan hasta toparse uno con: "Imputar su crimen a la codicia es resignarse al móvil más torpe. Nils Runenberg propone el móvil contrario: un hiperbólico y hasta ilimitado ascetismo. El asceta, para mayor gloria de Dios, envilece y mortifica la carne; Judas hizo lo propio con el espíritu. Renunció al honor, al bien, a la paz, al reino de los cielos, como otros, menos heroicamente, al placer. Premeditó con lucidez terrible sus culpas".

JUDAS ISCARIOTE.-LEONARDO DA VINCI.-RENACIMIENTOY el gran rayo de la lectura borgeana llega cuando escribe: "El argumento general es complejo, si bien la conclusión es monstruosa. Dios, arguye Nils Runeberg, se rebajó a ser hombre para la redención del género humano". Las disquiciciones siguen hasta que dice: "Dios totalmente se hizo hombre pero hombre hasta la infamia, hombre hasta la reprobación y el abismo. Para salvarnos, pudo elegir cualquiera de los destinos que traman la perpleja red de la historia; pudo ser Alejandro o Pitágoras o Rurik o Jesús; eligió un ínfimo destino: fue Judas".(En la imagen: Judas, según Leonardo da Vinci)

Pero se acerca la página nueve del cuento, cuando los teólogos desdeñaron esa versión de Judas-Dios, y Borges escribe:" Runeberg intuyó en esa indiferencia ecuménica casi una milagrosa confirmación. Dios ordenaba esa indiferencia; Dios no quería que se propalara en la tierra Su terrible secreto", y el desenlace empieza en la página cabalística, la de un nueve que representa desde el tiempo hasta la hora en que muere Jesús.

¿Codicioso? ¿Ambicoso? ¿Rebelde? o ¿Víctima? ¿Instrumento? ¿Incomprendido? En cualquier caso, Judas Iscariote, es un hombre imbuido en el misterio sin el cual no se habría podido cumplir el destino de Jesús. La gloria gracias a un traidor. ¿Qué opinas del texto de Jorge Luis Borges? ¿Qué otros relatos conoces donde la presencia de Judas sea esencial y haya sido llevada a la literatura?

Serie. Nuevo testamento de literatura: Virgen María.

Judas
Judas en la última cena.